martes, 13 de diciembre de 2011

I did it

Al fin. Después de no sé cuántos años en Madrid, he ido al Prado! No voy a justificar el por qué he tardado tanto. Tampoco voy a utilizar de excusa que hice el bachillerato de ciencias de la salud y que las asignaturas de arte ni las olí. No fui antes porque no me dio la gana. Menudo imbécil. En fin, que la experiencia me ha resultado más que satisfactoria. Sólo quería destacar un par de cosillas:

- Pinturas Negras de Goya: un total de 14 que pintó en las paredes de su casa. Impresionantes. Sólo tengo una pega, deberían haber intentado colocarlas de la misma forma en la que estaba en la Quinta del Sordo (la casa del pintor). Me gusta particularmente esta del perrito.



- Sorolla: no sé si tenía sólo uno o dos cuadros, pero me encantó el de Niños en la playa. Huele a mar y a verano. Tengo que ir a la Casa Museo de Sorolla.



- Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playa de Málaga: De Antonio Gisbert (hasta hace unos días, un completo desconocido para mí, como tantos otros). Visto así en pequeño pierde encanto, pero es una obra gigantesca que me dejó atontado durante unos minutos. Muy realista a la vez que dura, parece una foto.


- El Jardín de las Delicias:
Un clásico. Recuerdo que, de pequeño, curioseando en los libros de arte de mi tío, ésta era una de las obras que más me llamaban la atención. Supongo que por el colorido, no sé.


- Viejo desnudo al sol: De Mariano Fortuny. Otro que ni me sonaba.


Pues éste es mi top 5. Velázquez, por ejemplo, no me gusta especialmente. Las serie que tiene de los enanos y demás bufones de la corte tiene su cosa, pero no me acabó de convencer; tanto retrato de Borbón con cara de, bueno, cara de ser hijo de primos, no me llama. El Greco tampoco me entusiasma. Ni tanta escena mítica y/o religiosa. Pero desde luego que es una estupenda forma de pasar un domingo y, por supuesto, pienso volver.

Ahora, al Reina Sofía.

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